Apasionada sirena
dias de amor incansable
y sobre la tibia arena
ninguno era culpable.
Tiempo de fuego y besos
de ternura y de pasión,
de poner el corazón
por encima de los sesos
sin plegarias y sin rezos
con sol o con luna llena,
cualquier hora era buena
para mostrar el amor
y contagiar tu calor
apasionada sirena.
Frenéticos los encuentros
buscando porqué y razón
bailando al compas de un son,
y buscándonos el centro,
explorándonos adentro,
velada fina y amable,
emoción que era innegable
en un cómplice talud,
y para nuestra salud
días de amor incansable.
El mar, sonido que calma
acompañó nuestro idilio,
y tanto era el delirio
el mar me llega hasta el alma,
me rescata y me salva
me relaja, me serena,
y de una mujer buena
una caricia recibo,
es un romance que vivo
sobre la tibia arena.
El mar se llevó sus besos
y sus caricias también
el adiós en un edén
sin conocer los tropiezos
dos seres fueron traviesos
amor que fue inevitable,
que ho haya sido durable
no quita lo ya vivido
y lo que hayamos sido
ninguno era culpable.
Marzo 7 1995
jueves, 5 de junio de 2008
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